ANTES DE EMPEZAR CUALQUIER DIETA CONSULTE A SU MEDICO
¿Qué tienen los alimentos para Ud.?
Todos los alimentos que ingerimos nos proporcionan energía, expresada en términos de calorías o kilojoules. Las necesidades energéticas cambian de un individuo a otro según su estatura, edad, sexo, estructura ósea e intensidad de las actividades físicas desarrolladas, ya sea en deportes o en trabajo manual. Si almacenamos más energía de la necesaria, nuestra masa corporal aumenta. Por otro lado, si la cantidad ingerida es menor de la que el cuerpo necesita, se usa la grasa almacenada y se pierde peso. Los alimentos contienen glúcidos (azúcares), proteínas, lípidos (grasas), vitaminas, minerales, fibras dietéticas y agua. Sin embargo, únicamente los glúcidos, proteínas y lípidos producen energía.
Glúcidos:
Los glúcidos también se denominan azúcares o carbohidratos. Representan la principal fuente de energía para el cuerpo humano. Se encuentran principalmente en frutas y jugos de frutas, verduras, leche y yogurt, así como en el pan, cereales, arroz y pasta y, además, en las papas y legumbres (habas, etc.). El azúcar blanca y morena, la miel, melaza, jarabes, mermeladas dulces y caramelos son también otra fuente importante para la obtención de glúcidos. Sin embargo, este segundo grupo carece casi totalmente de vitaminas, minerales o fibras dietéticas, por lo que su valor alimenticio es realmente muy bajo.
Proteínas:
Las proteínas ayudan a construir, reparar y renovar el tejido corporal. Forman anticuerpos en la sangre, elementos que nos permiten combatir las infecciones. Las principales fuentes de proteínas son las carnes, aves, pescado y huevos; también se encuentran en la leche y productos lácteos, así como en las nueces, semillas y legumbres.
Lípidos:
El término "grasas" nos es mucho más conocido que el de lípidos. A pesar de su alto contenido calórico, los lípidos nos ayudan a absorber sustancias indispensables para la salud, como son las vitaminas A, D, E y K. El consumo de lípidos nos produce la sensación de haber comido bien (sacie- dad) y ayuda a mantener la temperatura corporal. El colesterol es uno de los componentes de los lípidos que nuestro cuerpo necesita para funcionar apropiadamente. Entre otras cosas, el colesterol desempeña una parte muy importante en la elaboración de la vitamina D y de ciertas hormonas. También nos sirve como estructura para la formación de membranas celulares. Sin embargo, un elevado nivel de colesterol en la sangre ocasiona, a la larga, endurecimiento de las arterias cardiovasculares y enfermedades . Ofrecemos unas cuantas recomendaciones destinada a ayudarle a disminuir el peligro de desarrollar problemas cardiovasculares: Para estar sano, alcance su peso ideal y manténgase en él. Deje de fumar. Haga ejercicio regularmente. Aumente el consumo d fibras dietéticas, en especial las que se encuentran en las legumbres, fruta: cebada y avena. Disminuya el consumo total de grasas.
¿Dónde se encuentran las grasas?
Las grasas se encuentran los aceites, grasas vegetal carnes, así como en la mantequilla y margarina. Cuídese de las fuentes de grasas ocultas, como salsas, ciertos quesos, productos de salchichonería, pasteles, galletas y tartas.
Vitaminas y Minerales:
Las vitaminas y minerales son indispensables para la salud y los alimentos deben contenerlos en cantidad suficiente, ya que nuestro cuerpo no los produce. En realidad, los alimentos contienen vitaminas y minerales en cantidades variables. He aquí para lo que cada uno sirve:
Vitamina A:
Ayuda a la visión nocturna. Conserva la salud de la piel y de las mucosas. Ayuda al desarrollo normal de huesos y dientes.
Vitamina B (Tiamina, Riboflavina y Niacina):
Ayuda a que el cuerpo utilice la energía almacenada en los alimentos. Estimula el apetito y favorece el desarrollo normal. Ayuda a que el sistema nervioso trabaje adecuadamente.
Vitamina C:
Ayuda a la curación de las lesiones y mantiene las encías sanas. Conserva en buen estado las paredes de los vasos sanguíneos.
Vitamina D:
Ayuda al aprovechamiento del calcio y del fósforo para la formación y mantenimiento de huesos y dientes sanos.
Calcio:
Ayuda a la formación y mantenimiento de huesos y dientes sanos. Ayuda a la coagulación normal de la sangre y al funcionamiento adecuado del sistema nervioso.
Hierro:
Ayuda a formar los glóbulos rojos, necesarios para transportar oxígeno en nuestro cuerpo.
Combinaciones que favorecen la salud:
Calcio y Vitamina D:
La vitamina D ayuda a la absorción del calcio. Esto hace que la leche sea un alimento ideal, ya que contiene tanto vitamina D como calcio.
Hierro y Vitamina C:
La vitamina C ayuda en la asimilación del hierro. Si por ejemplo Ud. sirve hígado, que es rico en hierro, incluya otro alimento que contenga vitamina C (naranja, toronja, kiwi, melón de cualquier tipo, fresas, jugo de tomate o brócoli).
Fibras dietéticas:
Las fibras dietéticas son componentes vegetales que el cuerpo no digiere. Al comerlas, producen una sensación de saciedad y ayudan a evitar o corregir el estreñimiento. Las fibras contenidas en alimentos como las legumbres, cebada y fruta son bien conocidas, porque ayudan a disminuir los niveles de colesterol. Existen muchas otras fuentes de fibra, incluyendo las verduras, panes y cereales sin refinar.
Agua:
El cuerpo humano está formado en un 65% por agua. Esta agua se comporta como medio de transporte para los elementos nutritivos, a la vez que ayuda a que el cuerpo elimine las materias de desecho. También es un regulador de la temperatura corporal. Todos los alimentos contienen cierto porcentaje de agua. Como regla general, un alimento con mayor porcentaje de agua tendrá menor porcentaje de energía (menos calorías).
Alcohol:
Las bebidas alcohólicas abastecen el cuerpo de energía, a pesar de su escaso valor alimenticio. El alcohol también se reconoce como un estimulante del apetito y como reductor de la velocidad de las acciones reflejas, o depresor de la habilidad de concentración, en especial si el estómago está vacío. Los aperitivos son un buen ejemplo de este fenómeno. El abuso del alcohol afecta el sistema nervioso, causa úlceras o cirrosis, que es una enfermedad crónica del hígado. A largo plazo ocasiona, además, la sustitución de los alimentos nutritivos por alcohol, lo que acarrea problemas sociales y económicos.